Quienes transitamos por la calle la 891 y 849 de San Francisco Solano, Quilmes, conocemos este enorme bache sin señalizar y por donde circula un gran número de automovilistas y dos líneas de colectivos. No sólo su tamaño que va en aumento lo torna muy peligroso, sino además, el permanente estado de humedad de la calzada que la vuelve altamente resbaladiza. Todo ello sumado a que en estos últimos días de espesa neblina, el cuadro empeoró notablemente. Por todo esto, es necesaria una pronta respuesta de parte de los funcionarios municipales, teniendo en cuenta que es casi la única alternativa de circulación a la avenida 893, su paralela.
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