De total de 462.810 anotados en el Renatep en todo el país, en menos de dos meses de su puesta en marcha, hay casi 127 mil personas que tienen un rol de servicio en los barrios populares y, de ellas, el 64 por ciento está conformado en su mayoría por mujeres que hacen posible el funcionamiento de comedores y merenderos.
Estos datos -explicaron desde el ministerio que encabeza Daniel Arroyo- son incipientes y dinámicos debido a que -hasta el momento- las inscripciones sólo pueden hacerse vía online (a través de la página renatep.mds.gob.ar) y se presume que gran cantidad de trabajadores informales no tiene un acceso fácil a servicios de conectividad.
En el universo total de los registros recabados hasta ahora, las mujeres constituyen el 58% de las inscripciones y los hombres, el 42%; y las formas asociativas de trabajo abarcan el 53% de los registros, y las individuales, el 47%.
En una Argentina atravesada por el fuerte impacto de la pandemia del coronavirus en los trabajos precarios y en un contexto histórico en el que fueron invisibilizados quienes subsisten en la informalidad, el Renatep busca "reconstruir el ascenso social con la formalización y el potenciamiento del trabajo en la economía popular", explicaron voceros del ministerio.
En diálogo con Télam, Arroyo insistió con la idea de jerarquizar el "desarrollo local" y entendió que "eso se construye con dispositivos como este, que no sólo sirven para reconocer a los trabajadores y trabajadoras, sino para acercarles herramientas crediticias e inclusión financiera y para que puedan participar de redes de comercialización y acceder a capacitación".
Así, a la cabeza de este registro, se ubicaron quienes forman parte de la cadena necesaria para el funcionamiento de comedores y merenderos, ya sea desde la provisión de alimentos, elaboración, distribución, limpieza y todo aquello que termina en la producción de una vianda o de un plato de comida que llega al que lo necesita.
Quienes se inscriben en el Renatep eran históricamente clasificados en las estadísticas tradicionales como "desempleados, inactivos o informales sin ninguna caracterización concreta de sus formas laborales no convencionales", declaró a Télam el director nacional de Economía Social y Desarrollo Local, Pablo Chena.
De acuerdo con el informe, el 53% de los inscriptos trabajan en unidades productivas asociativas: además del rubro comedores y merenderos, está incluida la venta ambulante, ferias, oficios asociados a la construcción, la agricultura familiar, la producción de alimentos, textiles y servicios de reciclado urbano y mantenimiento ambiental.
Este grupo está integrado además por quienes son referentes de salud en los barrios o se ocupan de la escolaridad de los niños, del cuidado de ancianos o sostienen pequeños medios de comunicación locales.
"Hay una mayoría de mujeres y esto tiene que ver con la feminización del trabajo sin derechos; su enorme presencia está en las tareas comunitarias, que son actividades históricamente no reconocidas y que pesan sobre los hombros de las mujeres y no de los hombres", reflexionó en diálogo con Télam la directora del Registro Nacional de Efectores Sociales, Sonia Lombardo.
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