A 26 años del asesinato de Agustín Ramírez buscan que el caso sea declarado de lesa humanidad

Sáb, 14/06/2014 - 18:34

Las ocupaciones de tierras en el Gran Buenos Aires no son un fenómeno reciente ni mucho menos. Se trata del origen de las Villas Miseria, surgidas a finales de la década del treinta, cuando la demanda de mano de obra que generaban las fábricas de la periferia de Buenos Aires, se convirtió en un polo de atracción de cientos de miles de familias obreras del interior del país.

Lo que sí se dio a partir de los años ochenta, fue el fenómeno de asentamientos: ocupaciones semi espontáneas de tierras fiscales y/o privadas, que se multiplicaron en el conurbano, por parte de miles de familias que, frente a la insatisfacción de una necesidad tan básica como la del techo propio, comenzaron a organizarse en comisiones barriales y asambleas de vecinos en procura de concretar dicha demanda.

La característica fundamental de aquellos asentamientos, a diferencia de las villas, era que se trataban de un fin en sí mismos, y no de lugares de tránsito "hasta que las cosas mejoren". El asentamiento es el cimiento de la construcción futura del barrio, un lugar donde concretar el sueño de "la casa propia".
En la década del ochenta (como ocurrió en los noventa con la emergencia de los Movimientos de Trabajadores Desocupados), las tomas de tierras fueron estigmatizadas desde los gobiernos de turno y los medios de comunicación guardianes del régimen, como una iniciativa de "lúmpenes y delincuentes", fomentada y dirigida por "nostálgicos de la subversión", sufriendo, por añadidura, el constante hostigamiento de las fuerzas de seguridad.
El 5 de junio de 1988, una represión en el asentamiento Nueva Jerusalem de San Francisco Solano, terminó con las vidas de Agustín Ramírez y Javier Sotelo, dos jóvenes militantes de las Comunidades Eclesiales de Base, que por aquellos años organizaban las ocupaciones de tierra en el sur del conurbano en demanda de tierra y vivienda.
No se trató de una represión más (de las tantas que se han producido en los desalojos de tierras) sino que se trató de dos asesinatos selectivos, dado que ambos militantes fueron ejecutados luego de una razzia que se realizó en el barrio. Prueba irrefutable de ello, es que primero asesinan a Sotelo, muy parecido físicamente a Ramírez, a quien luego los policías bonaerenses fueron a buscar, cuando advirtieron que el muerto que tenían en sus manos no era el que necesitaban.
Lo increíble del caso es que tanto Ramírez como Sotelo, además de ser militantes cristianos, eran peronistas que habían trabajado en la campaña electoral del por entonces Intendente de Quilmes, Eduardo Camaño, que les había hecho la promesa de apurar una solución para el problema de la tierra en Solano.
Cuando aquel grupo de vecinos se volvió un problema, dado que desde su publicación barrial, "Latinoamérica Gaucha" empezaron a denunciar la inacción Municipal con el tema de la vivienda, Camaño comenzó a acusarlos ante los medios locales, lisa y llanamente de "subversivos", intentando ponerles a la opinión pública en contra, y tratando de conseguir el aval del gobierno provincial para implementar la represión.
En 1988, vaya paradojas del destino, la policía bonaerense estaba en manos de Luis Brunati, por entonces Ministro de Gobierno de la Provincia, quien no pudo o no supo encarar la forma de poner en caja a una Policía que había heredado de la gestión radical anterior. Al poco tiempo, debió dejar su cargo sin haber modificado ni un ápice de los aspectos que peor caracterizaban a la futura "mejor policía del mundo" (Duhalde dixit).
Otro dato de relevancia histórica si se quiere, es que el titular de Tierras de la Provincia en aquella época era Rodolfo Rodil, actualmente integrante de la Coalición Cívica, con su sello "Encuentro Popular", y ex operador político de Martín Sabbatella en la Intendencia de Morón.
La gestión de Rodil fue bastante intrascendente (pocas veces se movió en favor de las familias que necesitaban solucionar su problema de vivienda en el conurbano), y al poco tiempo dejó también su cargo.

LA PRIMERA OCUPACIÓN FUE EN PLENA DICTADURA MILITAR Y SUS AUTORIDADES TUVIERON QUE NEGOCIAR
La primera ocupación del barrio "Nueva Jerusalem" fue en 1982, y todavía muchos vecinos recuerdan que en aquél momento llegaron enseguida las topadoras, y que quienes defendieron la toma fueron las mujeres y los niños. Ante la perplejidad de propios y ajenos, pararon las máquinas que había enviado la intervención militar y lograron que las autoridades tuvieran que negociar.
Al día de hoy en Solano, todo el mundo coincide en destacar los valores que transmitía Agustín, y muchos compañeros y familiares siguen masticando la bronca de saber que su muerte no fue una casualidad. Que sus verdugos materiales e intelectuales, conocían de quién se trataba.
Agustín Ramírez vivía en la calle 891, que poco tiempo después de su muerte fue bautizada con su nombre por familiares y vecinos del barrio.
Fuente:
 
 
Videos
 
 

Compartir

Twitter icon
Facebook icon
Google icon
StumbleUpon icon
Del.icio.us icon
Digg icon
LinkedIn icon
MySpace icon
Newsvine icon
Pinterest icon
Reddit icon
Technorati icon
Yahoo! icon
e-mail icon

Comentarios

Diseño de página web: Wave Publicidad