La comunidad educativa de la Escuela Técnica Nº 3 de San Francisco Solano nuevamente ha visto interrumpida las clases ayer a la mañana por una llamada telefónica anónima alertando sobre la existencia de un artefacto explosivo en el establecimiento escolar. La policía constató el resultado negativo de la búsqueda.
Luego de evacuar a todos los alumnos y el personal docente, las autoridades policiales de la brigada de explosivos de la delegación Quilmes acudieron para revisar el edificio y constatar más tarde que se trataba de una falsa denuncia.
El hecho ha ocurrido con una extraña frecuencia durante el presente año -casi siempre los lunes y viernes- y se ha transformado en una mala costumbre que lo ùnico que ha ocasionado fue la pérdida de horas de clase en 21 ocasiones y la molestia del traslado forzoso de alumnos y docentes a la Plaza Yapeyú por prevención, mientras las autoridades policiales realizaban la pesquisa. Asimismo, el corte de tránsito en la cuadra de la escuela también causó molestias a los conductores por el desvío obligado que debieron soportar.
Llama la atención la total impunidad con que los "bromistas" se manejan realizando anónimos llamados por teléfono y causando inconvenientes a los alumnos y docentes que asisten a esta concurrida institución interrumpiendo el normal desarrollo de las clases.
Quizás sea hora que algún miembro del poder judicial tome cartas en el asunto e investigue seriamente el origen de estas molestas llamadas para sancionar a sus autores, o al menos a aquellos que están a su cargo -familia, tutor o encargado- si es que los responsables son menores. En este sentido, en el pasado reciente han existido casos que sentaron precedente a nivel judicial con multas en dinero para los padres de alumnos "bromistas" en secundarias de Capital Federal.
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