MOCHILAS PRESTADAS

Jue, 08/08/2019 - 05:22

 

Un recorte de la realidad en el sentir de los niños con menos recursos... Por la escritora Sandra Miérez

Cuando era chica, encontré un maletín en el fondo de la casa de mis abuelos, y un tío que era zapatero me lo reparó, lo puso hermoso, lo lustró y al otro día yo lo lucí orgullosa en la escuela...

En esa época, los pobres muy pobres llevábamos en una bolsita o en la mano nuestros útiles y los clase media en maletín. Al regresar apareció el dueño del maletín y me dijo que nunca me lo había dado y que lo quería de vuelta. Se lo regresé y me provocó mucha tristeza regresar a la escuela al otro día con mi bolsita, como siempre...

Cuento esto (que es real), para pararme aquí, en 2019 y recordar un spot publicitario de la gobernadora Vidal, donde una directora (votante confesa de Cambiemos), en una carta le reclama a la señora Vidal sobre su accionar con respecto al armado de un escenario ficticio, de una realidad posible, en un mundo posible, de un día posible de niños/as del conurbano, donde van todos felices a una escuela (que no era tal, eran niños/as de colonia de vacaciones, que fueron utilizados como alumnos/as regulares de una escuela en el conurbano).

El reclamo de la directora se basa en que esos chicos, fueron UTILIZADOS, con un escenario construido, maravilloso, donde todo era brillante, cada alumno/a, se veía impecable, con mochilas, zapatillas, guardapolvos y la mar en coche (realidad absolutamente construida). Pero cuando se apagaron las luces, todo volvió a la normalidad (esos chicos/as volvieron a sus mundos), nada les dejaron, les pidieron las zapatillas, los guardapolvos, las mochilas y seguramente esa noche fueron un poco menos felices, se enteraron que había un mundo al que no pertenecían, donde algunos/as tenían todo, pero no eran ellos/as.

La realidad es que en Buenos Aires, (seguramente en otras provincias también), muchos de los nuevos pobres son menores y mujeres, la pobreza recae sobre las mujeres, que aún somos las responsables de poner el plato de comida en la mesa. En Quilmes, que se convirtió en la capital del truque una vez más, ya los niños y las niñas no sueñan con mochilas, sueñan con ir con sus madres a los trueques y lograr un buen intercambio, dan cuenta de esta realidad (construida, por políticas neoliberales), los miles de trueques, que se desparraman en plazas y clubes de barrio.

Los indicadores muestran como son expulsados del sistema y aparece una figura que creíamos desterrada, la de la niña/o trabajador.

Las políticas definen, definen infancias, definen futuro y el neoliberalismo le corre la posta al pobre, cada vez más, miles de jóvenes dejan de estudiar para poder subsistir, este modelo de mochilas prestadas, se recrudece, cuando se advierte que esa realidad inventada desaparece cuando la luz se apaga.

Tal vez inspirada en esta letal realidad actual, la señora gobernadora, se sinceró y expresó ante un publico selecto, no antes sin pedir disculpas por venir vestida de conurbano, que "todos los que estamos aquí sabemos, que nadie que nace en la pobreza, llega a la universidad".

Este es el escenario, que aparece en este 2019, año de elecciones, donde los y las que soñamos con mochilas propias, advertimos que ESTE NO ES EL CAMINO. Es fácil gobernar pensando que miles se quedan afuera, solo tienen mochilas para la foto y que jamás llegarán a la universidad. El desafió es gobernar para que todos y todas tengan la OPORTUNIDAD de llegar a la universidad, construir un destino distinto, y proyectar ese destino en las futuras generaciones.

SANDRA MIEREZ

DOCENTE/MILITANTE/FEMINISTA

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